En México tenemos el privilegio de albergar una gran diversidad de mamíferos, de aves, de reptiles y de anfibios. Además, de las 37 áreas silvestres que existen en el mundo, 3 están en nuestro país. Parte de esta riqueza se encuentra en el Golfo de California, conocido también como el “acuario del planeta” porque en este viven más de 800 especies de peces, 580 de aves marinas, y 35 mamíferos marinos. Uno de esos mamíferos marinos se encuentra hoy en grave peligro de extinción: la vaquita marina.
En 1997 se creó el Comité Internacional para la recuperación de la Vaquita, el CIRVA, con el objetivo de desarrollar un plan de recuperación de la especie. Por las últimas 2 décadas, el CIRVA ha monitoreado y reportado la impactante y constante disminución de vaquitas en la zona.
En 2012, la población de vaquita se había reducido a alrededor de 200 ejemplares. Entre 2011 y 2015, la población de vaquitas disminuyó en aproximadamente un 80%. Hoy, quedan menos de 30 vaquitas y la especie está al borde de la extinción. El CIRVA pronosticó que, de no eliminarse por completo la pesca ilegal de totoaba, la vaquita podría extinguirse.
La vaquita marina ha sido una víctima colateral del tráfico clandestino de otra especie habitante del Golfo de California: la totoaba. La totoaba es una especie marina clasificada como en peligro de extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza desde 1996. Ello debido a la sobrepesca, la degradación de su hábitat, la captura incidental y su pesca ilegal. México la incluyó en su lista de especies en peligro de extinción desde 1994.
La totoaba es capturada con fines de tráfico, posesión, transportación, acopio, introducción y extracción del país. Y es que el buche de totoaba es utilizado en la gastronomía de China, ya que se le atribuyen propiedades afrodisíacas y curativas. Anteriormente, la extracción del buche llegó a cotizarse en casi 150 pesos el kilogramo. Sin embargo, actualmente existen datos que indican que el kilogramo del mismo puede alcanzar los 60 mil dólares en los mercados negros de China.
Como respuesta a este escenario, la administración anterior puso en marcha la Estrategia Integral de Recuperación de la Vaquita Marina. Dicha estrategia previó 4 componentes: la ampliación del polígono de protección; la compensación económica; la inspección y vigilancia; y la promoción de nuevas artes de pesca.
También se acordó la aplicación del Programa de Atención Integral al Alto Golfo de California con la participación de 8 dependencias federales. Los objetivos del programa son: prevenir las actividades pesqueras ilícitas; preservar el ecosistema marino y área natural protegida; combatir el tráfico ilegal de especies en peligro de extinción; y, prevenir la presencia de grupos de la delincuencia organizada.
En atención y seguimiento de estos esfuerzos, en febrero de 2018, la Procuraduría General de la República, aperturó en el Puerto de San Felipe, Baja California, una Unidad de Atención Inmediata con personal ministerial, policial y administrativo para intervenir de forma inmediata en la atención y seguimiento de las investigaciones de los delitos contra el medio ambiente.
Además, con el objeto de promover la investigación de las redes internacionales involucradas en el tráfico de las partes de totoaba, entre 2015 y 2017, la INTERPOL, a solicitud de la PROFEPA, publicó dos notificaciones moradas a la Oficina Central Nacional en México, así como distintos ecomensajes en los que se detalla el transporte ilegal de maletas con piezas de buches secos de Totoaba. A la fecha se encuentra pendiente de publicación una tercera notificación.
Estos esfuerzos han derivado en:
la capacitación de más de 3,200 servidores públicos.
228 embarcaciones aseguradas.
52 vehículos asegurados,
la recuperación y aseguramiento de más de 1,100 ejemplares o partes de Totoaba; y
la detención de 225 infractores.
A pesar de estos esfuerzos, los resultados están lejos de tener el impacto necesario para salvar a la vaquita marina. Uno de los obstáculos más importantes para lograrlo ha sido que con la reforma al sistema de justicia penal, las personas que son detenidas llevando a cabo actividades con fines de tráfico, captura, posesión transportación, acopio, introducción y extracción con buche de totoaba, no pueden ser sujetas a la medida cautelar de prisión preventiva oficiosa. Ello ha provocado que al poner a disposición de los agentes del Ministerio Público de la Federación a los detenidos, estos obtengan su libertad, situación que les permite continuar con actividades ilegales en la materia.
La fracción cuarta del artículo 420 del Código de Procedimientos Penales establecía una pena de 1 a 9 años de prisión y por el equivalente de 300 a 3 mil días multa, a quien ilícitamente: “realice cualquier actividad con fines de tráfico, o capture, posea, transporte, acopie, introduzca al país o extraiga del mismo, algún ejemplar, sus productos o subproductos y demás recursos genéticos, de una especie de flora o fauna silvestres, terrestres o acuáticas en veda, considerada endémica, amenazada, en peligro de extinción, sujeta a protección especial, o regulada por algún tratado internacional del que México sea parte.”
Sin embargo, dado el enorme valor del buche de totoaba en el mercado negro, los incentivos para continuar con estas prácticas continúan siendo mucho mayores a las sanciones establecidas en la ley.
Por ello, la iniciativa aprobada adiciona un párrafo al artículo 420 del Código Penal Federal para que se establezca que: “en los casos previstos en la fracción IV del artículo 420 y la fracción X del artículo 2 de la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada, se impondrá la pena de cinco a quince años de prisión y el equivalente de 3 mil a 6 mil días multa cuando se trate de algún ejemplar, partes, derivados, productos o subproductos de la especie totoaba macdonaldi.”
Como lo he mencionado, el CIRVA ha manifestado en diferentes ocasiones que de no erradicar la pesca ilegal de totoaba, la Vaquita Marina quedará extinta. Se trataría del 4to mamífero marino que se extingue en nuestra era. No podemos permitir que esto suceda.
En la administración anterior se hicieron esfuerzos importantes por combatir la pesca ilegal de Totoaba: la SEMAR ha realizado esfuerzos sobrehumanos que no han sido suficientes por el alto nivel de impunidad. Por ejemplo, en el 2018 se capturó a tres traficantes de totoaba en posesión de más de 500 kg. de buche, con un valor de mercado de más de 50 millones de dólares. Estos sujetos no pisaron la cárcel, y pagaron fianzas menores a 9 mil pesos.
De continuar así, la Vaquita Marina no tiene esperanza, pero tampoco los miles de pescadores de San Felipe y del Golfo de Santa Clara cuya tranquilidad ha sido arrebatada por las organizaciones criminales que operan en el alto golfo de California. Como país megadiverso y como humanidad tenemos la obligación y la responsabilidad de cuidar a las especies que cohabitan nuestro planeta.
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