2020 será un año que quedará marcado durante muchas generaciones. Un año en el que vivimos situaciones que únicamente vistas en películas de ciencia ficción. La emergencia sanitaria nos recordó que tenemos un solo planeta y que no importa donde vivamos, cuál sea nuestra ideología, nuestra situación económica o nuestra ocupación; lo que hacemos o dejamos de hacer hoy, afecta a todos.
La irreparable pérdida de más de un millón y medio de vidas humanas y las consecuencias generadas por el distanciamiento social nos obligan a reflexionar sobre la forma en que podemos satisfacer nuestras necesidades presentes sin comprometer las de futuras generaciones y las del medio ambiente.
Es tiempo de reflexionar sobre las grandes enseñanzas que nos deja esta crisis.
Una de ellas es que no invertir lo suficiente en salud tiene un efecto devastador en las sociedades y las economías. La pandemia ha dejado en evidencia, las enormes brechas en materia de protección social y las grandes desigualdades que prevalecen en todo el mundo. Otro aprendizaje es que el Covid-19 y los virus que afectan a la humanidad en los últimos tiempos, están directamente relacionados con la zoonosis, generada por la destrucción de los ecosistemas, y el tráfico de animales silvestres.
Dentro de los aspectos positivos que podemos rescatar de esta emergencia, es que la sociedad recordó la importancia de invertir en ciencia y tecnología. En 2020 internet nos permitió trabajar, estudiar, comunicarnos y colaborar como nunca, mientras que las políticas de gobierno electrónico y de datos abiertos ayudaron a crear soluciones para la atención de la emergencia y que las instituciones continuarán en operación.
Un informe del Parlamento Europeo señala que durante este año se incrementó de forma exponencial el uso de sistemas informáticos y que tecnologías como drones, impresión 3D, inteligencia artificial y desarrollos basados en código abierto avanzaron lo que se tenía contemplado hicieran en los próximos 5 años. Situación que representa una oportunidad para que los reguladores y los actores políticos determinen la viabilidad legal, la solidez ética y la efectividad del despliegue de tecnologías emergentes.
Quienes estamos en un cargo público tenemos la responsabilidad de reconocer estas realidades y trabajar desde hoy, para:
Fortalecer nuestros sistemas de salud y de protección social, así como evitar la discriminación que sufren distintos sectores de la población;
Reconocer y revalorar el trabajo que realizan las mujeres, desde el trabajo doméstico no remunerado, los cuidados que realizan a sus familias y el apoyo que han dado en la educación de sus hijos. Es momento de combatir las brechas salariales y generar ambientes de igualdad y equidad.
Transformar gran parte del trabajo que hacemos y fortalecer modalidades como el trabajo en casa y los horarios flexibles;
Abandonar los enfoques cortoplacistas y comenzar un diálogo profundo y amplio para construir nuevas formas de relacionarnos con el planeta y entre nosotros;
Proteger nuestros activos informáticos, agilizar las leyes y regulaciones que combatan eficazmente el ciberdelito y hagan de internet un espacio abierto, colaborativo y seguro.
Bajo esa convicción es que en 2020, presenté diversas propuestas e iniciativas que ayudarán a construir y avanzar hacia el México del futuro, menciono algunas que contribuyen en la atención de esta emergencia :
Que el IFT habilite una herramienta para proteger la neutralidad de la red.
Tener más datos abiertos para garantizar la igualdad salarial.
Erradicar la discrimiación laboral y en la contratación de seguros médicos.
Promover la igualdad y equidad de género en las empresas que son proveedoras del gobierno.
Dotar de habilidades digitales a los sectores desfavorecidos.
Con estas ideas y propuestas durante este año reafirmé mi compromiso con una labor parlamentaria centrada en contribuir a mitigar los efectos de la pandemia, bajo un enfoque que garantice los derechos humanos, el acceso a la salud sin discriminación, la igualdad y equidad de genero; así como promover la utilización segura y ética de la tecnología e internet en todos los sectores.
Estoy convencida de que superaremos la presente crisis, de que en lo individual y en lo colectivo hemos entendido el valor de tener un planeta sano, recordando siempre la importancia que tiene el desarrollo científico sostenible, la colaboración y la cooperación para alcanzar la salud y la prosperidad de todos.
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