La menstruación es un tema del que hablamos poco y si lo hacemos es con miedo o vergüenza. Tenemos un largo camino que recorrer en cuanto a la desestigmatización de la menstruación. De acuerdo con un informe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), en América Latina, al menos 18% de alumnas que se quedan en su casa durante su periodo menstrual es por “miedo a manchar la ropa o a que se notara que estaba en la regla” y 43% prefiere no ir a la escuela en esos días.
Concebimos la menstruación como si fuera algo privado pero, si queremos influir positivamente en los derechos de las niñas, adolescentes, mujeres y personas menstruantes y garantizar una menstruación digna, debemos abordar este proceso con políticas públicas que incluyan diferentes aspectos relacionados con la salud, educación, y acceso a productos y servicios. Algunas de estas políticas pueden ser:
Implementar programas educativos en las escuelas que brinden información precisa y completa sobre la menstruación, su ciclo, cuidados, higiene y manejo del dolor. Esto ayudaría a eliminar mitos y tabúes, y promover una comprensión positiva y normalizada de la menstruación
Acceso a productos menstruales. Garantizaría el acceso a productos menstruales asequibles y de calidad, como toallas sanitarias, tampones o copas menstruales
Infraestructura e instalaciones adecuadas. Que los espacios públicos tengan instalaciones sanitarias adecuadas y accesibles, así como suministro de agua potable y jabón
Licencia menstrual y apoyo laboral. Establecer políticas que permitan a las trabajadoras tomar días de descanso adicionales durante su periodo menstrual sin consecuencias negativas para su empleo o salario
Prevención del ausentismo escolar. Implementar programas que aborden el ausentismo escolar relacionado con la menstruación, como la provisión de productos menstruales en las escuelas, educación sobre salud menstrual, licencia menstrual escolar y la creación de entornos seguros y libres de estigma para las estudiantes que menstrúan
Sobre este último punto y, entendiendo que un gran porcentaje de niñas, adolescentes y personas menstruantes experimentan dolores menstruales intensos, fatiga o malestar general durante su periodo, en días pasados presenté una propuesta en el Senado de la República para que las escuelas otorguen hasta 2 días de descanso a quienes padezcan dolor menstrual discapacitante sin que afecte su educación y desarrollo personal.
La licencia menstrual les brindaría la oportunidad de descansar, recuperarse y manejar adecuadamente los síntomas relacionados con la menstruación. Además de contribuir a su bienestar físico y emocional, promoviendo una salud menstrual positiva. Esta práctica ya es una realidad en otros países como Japón, China, Indonesia y Zambia, que permiten que las mujeres con molestias y dolores intensos provocados por la menstruación puedan quedarse en casa al menos 3 días al mes.
Es necesario terminar con la estigmatización asociada a la menstruación para proteger el bienestar, la salud, la dignidad y los derechos humanos de las mujeres y personas que menstrúan. En México y en muchas partes del mundo, la mayoría de las mujeres se sienten incómodas al hablar sobre la menstruación con sus familiares o parejas, principalmente porque la palabra "menstruación" tiene una connotación vinculada a la vergüenza.
Por ello, con la iniciativa presentada, busco romper con el estigma que hay sobre la menstruación y reconocer que no es sólo un tema de higiene sino un tema de salud física, mental y emocional.
Fuente: Político MX
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