Albert Einstein aseguraba que "El mundo que hemos creado es un proceso de nuestro pensamiento. No se puede cambiar sin cambiar nuestra forma de pensar”. Siguiendo ese pensamiento, la solución a muchos de los retos que hoy enfrentamos como humanidad, requieren de un cambio de pensamiento. Por eso, el pasado 24 y 25 de enero realicé en el Senado de la República el “Foro Intercultural de Medicina Enteógena”, el cual tuvo como objetivo plantear un nuevo paradigma sobre tres grandes retos que nos afectan a todos y cuyo acercamiento desde una perspectiva intercultural y multidisciplinaria podría ser la respuesta.
La creciente y silenciosa crisis de salud mental alrededor del mundo. México ocupa el lugar 16 en el mundo con más casos de depresión, es decir,15% de la población adulta en nuestro país sufre de depresión y aumenta a 20% en el caso de las mujeres. Más de 12 millones de personas viven con depresión y/o ansiedad
En la década de los años sesenta,la década de los años sesenta comienza una política prohibicionista en el consumo de sustancias en Estados Unidos y muchos países sumaron, al hacerlo creció la estigmatización y prohibición del uso de enteógenos de origen natural. En México, los hongos psilocibes y la psilocibina se encuentran en la categoría 1 de la Ley General de Salud: ¨Con escaso o nulo valor terapéutico y que, por ser susceptibles de uso indebido o abuso, constituyen un problema especialmente grave para la salud pública". Sin embargo desde hace unos años las investigaciones científicas, han demostrado que es lo contrario: que tienen un importante potencial terapéutico, baja toxicidad y no genera dependencia física ni abuso.
México es un país megadiverso y es el primer lugar en el mundo en biodiversidad de flora y fauna psicoactiva, esto representa una oportunidad única para que nuestro país juegue un rol protagónico respecto a la regulación responsable de sustancias psicodélicas
La medicina tradicional y la biomedicina no están peleadas, por el contrario, se complementan y tienen una profunda conexión. Otros países en el mundo ya se dieron cuenta de sus enormes beneficios y hoy, la medicina tradicional es objeto de investigación científica a nivel internacional y, tanto ciudades, como estados y países han cambiado su legislación para despenalizar el uso de algunos enteógenos de origen natural como la psilocibina o la cannabis. En México, la legislación actual no refleja lo que está sucediendo y
¨la legislación debe estar en función de la realidad¨.
Es un fenómeno que no podemos parar, tenemos la gran labor de ajustar nuestro marco normativo y la infraestructura del sistema de salud para que se le dé un justo reconocimiento y reciprocidad a pueblos originarios, así como a los rituales que acompañan el uso de enteógenos al tiempo que adaptamos su utilización en un entorno seguro y controlado. Respetar estas sustancias y su modelo de utilización es imprescindible para integrarlas a un mundo que busca generalizar su uso para tratamientos de salud mental.
El reto de tejer puentes entre la medicina moderna y la medicina ancestral no es un reto menor pero puede abrirnos un mundo de posibilidades para entender a las personas y su salud desde una perspectiva más integral. Hoy tenemos la posibilidad de hablar de una revolución psicodélica o de innovación en salud mental gracias a la incansable labor de los pueblos originarios de conservar estas medicinas y sus saberes ancestrales.
La crisis actual a la que nos enfrentamos, además de ser de salud mental, saca a relucir la desconexión, la desintegración social, la falta de comunidad y de espiritualidad en la que estamos sumergidos. La medicina tradicional en conjunto con la medicina moderna puede ser muy poderosa, ya que nos llevarían a mirar hacia adentro y reconectar con nosotros mismos, con la naturaleza y con nuestra comunidad, al mismo tiempo que sanamos nuestra salud física y mental.
Es para mi un honor y una gran responsabilidad, elevar este tema e impulsar la despenalización y regulación de los hongos psilocibes y la psilocibina, bajo un enfoque que promueva la bioconservación de sistemas ancestrales de conocimientos que utilizan medicina enteógena, la investigación y su aplicación en el tratamiento de enfermedades como depresión, ansiedad, estrés post traumático y adicciones.
Si cambiamos nuestra actitud hacia la salud mental, cambiamos el mundo.
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